EL MÉTODO QUE MEJORA LA CONVERSIÓN DE CO2 EN COMBUSTIBLE: “UNA SOLUCIÓN BARATA Y FÁCIL DE IMPLEMENTAR”
Fecha de publicación: Publicada 20 agosto 2025 02:30h
INVESTIGADORES DE LA UNIVERSIDAD DE RICE HAN DADO SOLUCIÓN A UN GRAVE PROBLEMA QUE DETERIORABA RÁPIDAMENTE LOS EQUIPOS DE CONVERSIÓN DE CO2.
Las emisiones de dióxido de carbono de origen fósil alcanzaron las 37.400 millones de toneladas en 2024, un 0,8% más que en 2023, según el informe Global Carbon Budget. Un problema que ya cuenta con múltiples soluciones como la captura de CO₂, que todavía no tienen la fuerza suficiente para hacer frente a los altos niveles de contaminación actuales.
La quema de combustibles que produce la actividad humana ha inundado la atmósfera de dióxido de carbono, uno de los principales responsables del cambio climático. Este gas abundante en la atmósfera atrapa el calor, provocando el aumento de las temperaturas en todo el planeta y fenómenos como los incendios de sexta generación que están arrasando España este verano.
No basta con dejar de contaminar con el uso de energías renovables, también es necesaria la captura de CO₂ y su posterior transformación en nuevos productos. Esta solución tecnológica es una de las más punteras con las que se trata de combatir el calentamiento del planeta, pero todavía presenta importantes inconvenientes, como la corta vida útil de los electrolizadores que se encargan de esta tarea.
El CO₂ capturado se puede utilizar en la producción de múltiples productos diarios, empezando por nuevos combustibles sintéticos para impulsar vehículos, siguiendo por el envasado de los alimentos para conservarlos durante más tiempo o incluso como extintor de incendios.
EL COLESTEROL DE LOS ELECTROLIZADORES
Las máquinas de captura y conversión de CO₂ se estropean con rapidez por culpa de la formación de sales (bicarbonato de potasio). Al pasar el gas por el electrolizador se forman estas sales que obstruyen los conductos con el paso de las horas; el colesterol de esta tecnología.
Este problema suele aparecer aproximadamente a las 80 horas de trabajo, lo que limita enormemente la expansión de la tecnología a gran escala. “Esto suele ocurrir en cuestión de unos pocos cientos de horas, lo que dista mucho de la viabilidad comercial”, explica Haotian Wang, uno de los autores del estudio y profesor asociado en Rice, en un comunicado de prensa.
Mediante una técnica denominada CO₂ humidificado con ácido, los investigadores de la Universidad de Rice en Texas han conseguido prolongar la vida útil de un sistema de reducción de CO₂ más de 50 veces.
Sus resultados, detallados en un estudio publicado en Science, han demostrado que la máquina pudo funcionar más de 4.500 horas de forma estable en un reactor de mayor escala, un hito en este campo.
¿CÓMO FUNCIONA?
Los llamados contactores son algo así como gigantescos aspiradores que recogen el aire contaminado. El CO₂ se separa del resto de gases en la primera fase. Se suelen utilizar sorbentes líquidos y sólidos para separar el CO₂ de otros gases, como el oxígeno o el nitrógeno.
En lugar de humedecer el CO₂ con agua, como se hace habitualmente, este equipo decidió pasarlo por un líquido con ácido suave, es decir, llo burbujearon a través de una solución ácida como el ácido fórmico (presente en ciertas hormigas), el ácido acético (el del vinagre) o el ácido clorhídrico en bajas concentraciones.
El vapor del ácido se transporta a la cámara de reacción catódica en cantidades mínimas, suficientes para alterar la química del gas. Dado que las sales formadas con estos ácidos son mucho más solubles que el bicarbonato de potasio, no cristalizan ni obstruyen los canales de la máquina.
En pruebas con un catalizador de plata (un parámetro común para convertir CO₂ en monóxido de carbono), el sistema funcionó de forma estable durante más de 2.000 horas en un dispositivo a escala de laboratorio. Después se demostró que esta solución podría escalarse y mantener un electrolizador más grande (de 100 centímetros cuadrados) en funcionamiento durante más de 4500 horas. En comparación, los sistemas que utilizaban CO₂ humidificado con agua estándar fallaron después de unas 80 horas debido a la acumulación de sal.
TECNOLOGÍA ESCALABLE
Una de las principales ventajas de este invento es la posibilidad de aplicarlo en numerosas máquinas ya existentes. No se requiere rediseñar el equipo o construirlo de cero, pues el cambio solo se aplica en el líquido que humidifica el CO₂ antes de que acceda al reactor. De esta forma, la solución propuesta por el equipo de Texas es simple y barata.
Otro de los beneficios que el grupo de científicos defiende en su trabajo es el uso de ácidos suaves. La baja concentración de los mismos evita el riesgo de corrosión en la máquina, permitiendo su utilización a nivel industrial.
El trabajo abre la puerta a electrolizadores de CO₂ más duraderos y escalables.”Este es un hallazgo importante para la electrólisis de CO₂”, afirmó Ahmad Elgazzar, coautor principal y estudiante de posgrado en ingeniería química y biomolecular en Rice. “Nuestro método aborda un obstáculo de larga duración con una solución barata y de fácil implementación. Es un paso hacia una mayor viabilidad comercial y sostenibilidad de las tecnologías de utilización del carbono”.
Nota originada según la Fuente: El Español – Leer artículo original (la transcripción es un espejo de la fuente citada)
🎯 La Opinión de El Genio Inversor 👇
El artículo presenta un avance significativo en la conversión de CO₂ en productos útiles, destacando una solución innovadora desarrollada por investigadores de la Universidad de Rice. Este método, que utiliza ácidos suaves para humidificar el CO₂ antes de su procesamiento, no solo extiende la vida útil de los electrolizadores (hasta 4.500 horas estables), sino que también es escalable y compatible con equipos existentes. En un contexto donde las emisiones globales de CO₂ alcanzaron niveles récord en 2024, este hallazgo llega en un momento crucial para acelerar tecnologías de captura y reutilización de carbono. Además, coincide con informes recientes sobre políticas climáticas más estrictas en la Unión Europea y Estados Unidos, lo que podría facilitar la adopción de soluciones como esta.
Lo más positivo del estudio es su enfoque pragmático: no requiere rediseñar sistemas completos, utiliza materiales accesibles y evita riesgos como la corrosión. Esto lo convierte en una opción viable tanto técnica como económicamente. Sin embargo, queda espacio para preguntarse cómo esta tecnología podría integrarse con otras iniciativas emergentes, como los biocombustibles avanzados o los proyectos de secuestro directo de aire. ¿Cree usted que este tipo de innovaciones, combinadas con políticas públicas audaces, podrían marcar un punto de inflexión en la lucha contra el cambio climático?
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